Nutrición Inteligente. El Tenedor De Pitágoras. Guía Práctica De La Alimentación Y Gastronomía Viva

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Nutrición Inteligente. El Tenedor De Pitágoras
En los últimos años, el término alimentación vegana viene cobrando mayor popularidad, pese a que existe desde antes de 1850, cuando era conocida como alimentación pitagoreana.


Nutrición Inteligente. El Tenedor De Pitágoras. Guía Práctica De La Alimentación Y Gastronomía Viva. Autor: Sacha Barrio Healey Editorial: Planeta (1 enero 2013).
La dieta ictiovegana
Ictio viene del griego y quiere decir ‘pez’. Y vegana es la alimentación vegetariana que se diferencia de la lactovegetariana, pues la primera excluye los lácteos.
Todas las culturas prehispánicas tienen el común denominador de haber sido ictioveganas, es decir, de haberse alimentado de vegetales y peces. Debido a una sabiduría médica ancestral, civilizaciones antiguas y sanas como los aztecas, los incas, los polinesios, los africanos y los asiáticos nunca consumieron lácteos. El hábito de consumir leche animal proviene de Escandinavia, donde, debido a los largos inviernos con nieve, el hombre ordeñaba, mientras esperaba el reverdecer de la tierra. Sacrificar a los animales lo habría expuesto a un invierno muy largo. Estos pueblos genéticamente presentan una buena tolerancia a la lactosa, pero en amerindios y africanos el 80 por ciento de la población es intolerante a ella.
Hoy en día, los lácteos transfieren una innecesaria secuela de problemas para el hombre y el medio ambiente.
Podemos decir que tenemos la edad de nuestras arterias. Quienes se dan cuenta de que el consumo de carnes animales endurece las arterias entonces optan por una alimentación vegetariana o semivegetariana. El problema es que el vegetariano suele incluir en su dieta redobladas cantidades de queso, yogur y cremas de leche. Además, se excede en productos derivados del trigo, consume en exceso pan, tortas y granolas integrales. Sustituye la carne por el queso y consume exageradas cantidades de trigo en todas sus formas. No hay que sorprenderse cuando la realidad nos demuestra que las arterias de los vegetarianos solo están marginalmente en mejor estado que las arterias de los omnívoros. La diferencia- es mínima. Sin embargo, cuando se analizan las arterias de los pitagoreanos, sí hay una verdadera diferencia. Y, en algunos casos, alto grado de pureza arterial. La razón: la ausencia de lácteos.
La dieta ictiovegana no pretende ser un rígido y fanático dogma. Por ejemplo, si nos invitan un plato de pasta italiana con queso parmesano, sí lo podremos comer y disfrutar. Una cosa muy diferente será obligar a los niños a beber leche de vaca.
Cada persona que desee seguir esta dieta encontrará su equilibrio y, en términos generales, se evitarán los lácteos.